El centrocampista chileno se sigue entrenando con el Barça hasta que llegue su turno
El pasado martes Arturo Vidal acudió a las instalaciones de la Ciutat Esportiva Joan Gamper a la misma hora que sus compañeros. Pero no llegó a saltar al césped para entrenar con ellos. Se limitó a despedirse de todos y enfiló el camino de regreso a casa, convencido de que su pase al Inter era cuestión de horas.
24 horas después, el miércoles, se le vio corriendo por las calles de Barcelona para no perder el punto de forma física y mientras esperaba a cerrar cuanto antes la operación con el conjunto ‘nerazzurro’. Y ayer jueves, finalmente, el chileno regresó a los entrenamientos del primer equipo azulgrana, con el que se ejercitó con absoluta normalidad.
Y es que la oficialización de su trasvase al Inter sigue demorándose en el tiempo. Cerrados todos los flecos de la operación, en la que el Barça percibirá una mínima cantidad fija y otras en función de los objetivos que alcance el jugador con el que será su nuevo club, su marcha está pendiente únicamente de la salida de Diego Godín del conjunto interista.
El central uruguayo del equipo italiano no entra en los planes de Antonio Conte y su destino parece que será el Cagliari. Sin embargo, la salida del ex cacique del Atlético de Madrid también se está demorando y con ello, el cierre de la ‘operación Vidal’, a quien todo el mundo en Italia da como nuevo jugador interista en cualquier caso.
Todo acordado
Vidal, tras llegar a un acuerdo con el Barça respecto a las cantidades a percibir (el chileno pretendía cobrar el contrato íntegro, extremo que el club no aceptaba porque le restaba todavía un año completo de compromiso), había cerrado también con el Inter los detalles de un acuerdo por dos temporadas. Los términos se mantienen, pero los tiempos se retrasan, aunque nadie espera que Vidal acabe en un club que no sea el Inter.
/MundoDeportivo
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