El cuadro argentino pudo ganar el partido, pero un polémico fallo arbitral le impidió llevarse los tres puntos.
Boca no hizo nada para perder y, como intentó poquito para ganarlo, empató sin goles contra Atlético Mineiro (Eduardo Vargas ingresó en el último cuarto de hora y tuvo poca participacón en el juego) por la ida de los octavos de final de la Copa Libertadores. No le convirtieron e irá a Brasil a buscar la clasificación, como tantas veces en su historia. No brilló ni mucho menos el equipo de Miguel Russo, pero minimizó al Galo, que se presentaba en la previa como un gran cuco. Así, todo está por suceder en la serie.
A qué iba a jugar este nuevo Boca era una de las cuestiones más interesantes del duelo copero. Encima le tocaba medirse contra el Mineiro, el mejor equipo de la fase de grupos, Y hay que decir que el xeneize pudo hacer un juego de igual a igual: no se notaron diferencias a pesar de que los de Belo Horizonte llegaron al choque con más rodaje. Pero atención: esto no quiere decir que Boca jugó bien. Jugó a estar ordenado, a que no lo agarren mal parado, a no sufrir goles en contra y a ser efectivo en las pocas situaciones que podría generar. No está tan mal para un primer juego de semestre. Aunque se le va a ser difícil conseguir grandes cosas jugando con esa poca ambición.
Regaló campo y pelota Boca. No fue el equipo intenso con el que se especuló ni tampoco fue un vertical 4-3-3. Se plantó con un 4-1-3-4-1, con Pavón y Villa pasando siempre la línea de la pelota y plantados sobre la mitad del campo. Desde ahí lo dejó hacer al elenco de Brasil, que manejó mucho la pelota pero careció de ideas. No inquietó a Rossi, más allá de un disparo lejano de Hulk. Fue un equipo sin picante: el 3 siempre custodiando su sector, los centrales medidos, el 5 bien metido entre los centrales, los extremos fijados y así con todos los futbolistas.
En Boca solo el Pulpo González se salió un poquito del libreto y con eso le bastó para ser el más destacado. Arrancó como interior por derecha el ex Lanús, pero se movió por distintos sectores según se lo dictó su intuición. Marcó el gol que no fue, llegando al área como 9, y contó con otra clara pero su cabezazo fue desviado por el arquero Everson.
Hubo polémica en la noche de la Bombonera. Casi que fue un papelón, hay que decirlo. Después de una buena jugada colectiva por derecha, Norberto Briasco peleó una pelota aérea con Nathan y el rebote le quedó a Diego González, que definió de cabeza ante una apresurada salida de Everson. Los locales salieron a festejar y los brasileros a reclamarle al colombiano Andrés Rojas que vaya al VAR a observar la acción. Pedían empujón de Briasco a Nathan. Sucedió que al árbitro no le andaba el auricular y estuvo 5 minutos sin saber qué hacer, mientras los jugadores se peleaban entre ellos.
Nacho Fernández, de regular actuación, volvió loco al colombiano con los reclamos. Recién cuando recuperó el sonido fue al VAR y cambió su fallo. Es cierto que el empujón existió, pero fue menos que mínimo. La sensación es que son acciones en las que se debe respetar el primer fallo del juez.
Salió con otra actitud Boca a jugar el complemento y algo mejoró. Pavón y Villa se invirtieron y el extremo que jugó el Mundial de Rusia con Argentina levantó mucho su nivel. Fue el más peligroso del equipo. De los pies suyos nacieron las más claras del local: primero, habilitó al Pulpo González, pero no pudo conectar la pelota a centímetros del arco; segundo, mandó un centro pasado desde la izquierda y casi se mete en el ángulo izquierdo de Everson.
Lo de Mineiro fue flojísimo. Nacho Fernández pesó poco: se notó que no llegó óptimo desde lo físico. Los cambios de Cuca tampoco le cambiaron la cara al conjunto brasilero. Acaso esa sea la mejor sensación con la que se queda Boca tras el primer chico: Atlético, señalado como uno de los grandes candidatos al título, no lo superó en ningún momento.
En el primer partido del semestre, Boca empató sin goles. Con un equipo ultra ordenado y no tan ambicioso, logró no perder de local y ahora irá a Brasil con ilusión y un poco más de rodaje (se medirá el viernes contra Unión en el arranque del torneo local). Eso sí: deberá mejorar un poco para vencer a Mineiro.
/Clarín de Buenos Aires
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