
En el Global fue 7-6 y eso lo dice todo. Pero la variación del marcador también lo ratifica: Inter 2-0, Barcelona 3-2, empate en el último minuto y alargue. Y ahi sentenció el equipo lombardo el 4-3 definitivo. El árbitro polaco Marciniak el único que no estuvo a la altura
Qué oda a la historia del fútbol. Qué respeto mostraron Barça e Inter a lo que significa este deporte. Partido de época que solo Marciniak, el colegiado polaco, se encargó de empañar con decisiones, varias, que siempre perjudicaron al cuadro de Flick. Remontó el Barça un 2-0, estuvo a segundos de meterse en la final y acabó cayendo con un tanto de Frattesi. Honor.
El mero hecho de vivir en sus carnes la atmósfera brutal que se vivió en Milán a lo largo de todo la jornada ya era un éxito colosal para el ‘imberbe’ Barça de Flick. El Duomo infestado de banderas azulgrana, un ‘ejército’ de periodistas para inmortalizar algo que hacía muchos años que no sucedía.
DESPLIEGUE HISTÓRICO DEL BARCELONISMO
Ni la huelga de trenes ni la lluvia. Nada detuvo a la marea barcelonista. Más de 4.000 y un buen puñado ni siquiera con entrada para vivir una locura colectiva maravillosa. El desenlace, lógicamente, no era lo de menos. Pero el camino había sido fabuloso. Idílico.
Hansi disipaba la única duda en su once. Confianza ciega en Gerard Martín. Le importaba poco al germano que hace unos meses no hubiera pasado de Primera RFEF. Titular en el partido en el que se jugaba una final de Champions.
EL INTER FUE ‘COMIENDO’ TERRENO
No empezaba mal el cuadro de Flick. Alentado por su pequeño ‘ejército’ en el gallinero del Giuseppe Meazza, el Barça encontraba espacios y atacaba con efectivos. Eso sí, sin ser capaz de hacer daño. Tras un tiro a puerta de Lamine (rodeado siempre de un mínimo de dos jugadores interistas), el Inter se empezaba a crecer. La atmósfera en el estadio era ensordecedora y el equipo de Inzaghi ganaba metros.

Eric Garcia. luchando con Dimarco / EFE
Con un Thuram dando un clínic de jugar de espaldas y un Dumfries que amenazaba en cada cabalgada por banda. Después de un corte providencial y marca de la casa de Iñigo, la primera clara de los locales en un tiro que repelía en dos tiempos ‘Tek’. Acto seguido, el primer jarro de agua fría. Error grave en salida de Olmo, el esférico que caía a Dumfries y este servía para que Lautaro anotara a placer. 0-2 en el 21’. Indignadísimo y fuera de si Flick en la banda
EL INTER, MORTÍFERO
Reaccionó bien el cuadro de Flick. Un par de acercamientos peligrosos con Eric entonado por la derecha. Pero cada vez que llegaba el Inter generaba ‘pánico’ en la defensa culé. Mkhitaryan y Calhanoglu tenían dos muy claras (sufría una barbaridad el equipo barcelonista en cada saque de banda) y al filo del descanso, el penalti de Cubarsí. Lo que parecía un corte brutal del de Estanyol con Lautaro en boca de gol, lo revisó Marciniak y lo pitó. 0-2 de Calhanoglu y descanso.
APARICIÓN DIVINA DE GERARD MARTÍN
No movía ni una pieza, sorprendentemente, Flick tras el descanso. Y tras unos primeros compases algo dubitativos, llegaba el balón de oxígeno. La esperanza. Centro desde el costado de Gerard Martín (sí, el que no había pasado de Primera RFEF hasta hace unos meses) y golazo de primeras de Eric.
En la siguiente, de nuevo brutal Gerard en una contra de manual que acababa con un tiro a bocajarro de Eric que sacaba Sommer. Milagroso. Pero aún quedaba festival por parte de Jordi Alba (Gerard Martín, perdón). Centro con rosca tremendo y Olmo que convertía el 2-2. Minuto 60. Locura en la grada, en la tribuna de prensa. En el banquillo.
PENALTI REVISADO POR EL VAR SOBRE LAMINE
El Inter estaba ‘grogui’ y el Barça, ahora sí, disfrutando. Lamine desatado y el cuadro de Flick generando sin parar. Y llegaba una de las acciones polémicas del encuentro. Penalti que señalaba Marciniak sobre Lamine y que luego, tras revisión del VAR, se sacaba fuera. Por milímetros. Si es que no era penalti porque repeticiones, ninguna.
MARCINIAK, PROTAGONISTA
En el 77′ Lamine hacía lucirse a Sommer con un tiro lejano. Y faltaba el estallido de júbilo. Raphinha marcaba con un derechazo tras rechace de tiro suyo el 2-3 a tres minutos para la conclusión. Pero el guion aún tenía preparada otra vuelta de tuerca. En el 93′, Marciniak (otra vez) no pitaba una falta sobre Gerard Martín y Dumfries asistía a Acerbi, que batía a ‘Tek’. Nos íbamos a la prórroga. Un final épico para un partido de época.
Y ahí llegaba la crueldad. Esa que apenas habían vivido este curso los de Flick. A los 9′ de prórroga, Thuram, el mejor interista (y eso que no marcó), le hacía el lío a Araujo y Frattesi batía por bajo a Flick. 4-3.Eran muchos mazazos y muy duros incluso para el Barça. Lo intentó con corazón el equipo culé. Pero se acabó diluyendo. Honor y orgullo. Todo el que no se ganó Marciniak en Milán.
/Escrito por Sergi Capdevila para Sport
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