Análisis a fondo del arbitraje de Felipe González en el Clásico: en que estuvo acertado y en que se equivocó

Los 11 minutos añadidos, el supuesto penal y la tarjeta roja para Opazo y si le pesa su frustrado pasado por las inferiores de Universidad Católica

El suplemento El Deportivo del diario La Tercera hizo el siguiente análisis, preciso y riguroso de las jugadas más polémicas del clásico jugado entre Colo Colo y Universidad Católica.

Lo reproducimos a continuación:

Ni bien alza las manos y pita el final del encuentro entre Colo Colo y Universidad Católica, Felipe González se ve rodeado. Al juez del encuentro se le van encima todos los cruzados. Desde el técnico Nicolás Núñez, pasando por todos los miembros del plantel y hasta los integrantes del staff que apoya su trabajo. Tienen, al parecer, mucho que rebatirle, aunque no hay insultos de por medio. En las gradas del Monumental la locura era absoluta. En las redes sociales, la polémica ya estaba desatada.

Los cruzados reclaman todo: desde un posible penal de Óscar Opazo a Clemente Montes, con una también presunta tarjeta roja de por medio, hasta la expulsión de Gary Kagelmacher, pasando por la adición de 11 minutos en la etapa de complemento, que consideran injustificada. Las protestas las encabeza el mismo Núñez, quien alude a una pasada de cuentas del encargado de aplicar el reglamento por un infructuoso paso como futbolista por el club de la franja. En resumen, sobre la mesa estaban puestos todos los ingredientes para un final digno de un clásico. De esos que no terminan con el pitazo final. De esos que duran toda la semana y quizás un buen tiempo más.

Núñez acusó injusticias y diferencias de criterio de parte del árbitro. Sin embargo, su expresión más elocuente tuvo relación con su paso por San Carlos de Apoquindo. “Hay algo personal, quizás frustración y resentimiento por el hecho de haber pertenecido a este club y no seguir”, lanzó. También calificó su actitud como “soberbia” y llegó a exigir que no les vuelva a dirigir. “Nunca más”, enfatizó.

En efecto, González integró las divisiones menores estudiantiles. En una entrevista con AS Chile en 2016 abordó esa situación. “Todo partió en Universidad Católica. Entré a cadetes, a la Sub 10, y estuve 10 años allí. Realicé todo el proceso formativo en el club”, puntualizó. Sin opciones de acceder al primer equipo cruzado, realizó un recorrido que contempló pasos por Hosanna, San Luis y Santiago Morning. En 2007 dejó de jugar y tres años después inició los estudios en el INAF para convertirse en árbitro. Hoy, de hecho, luce el parche FIFA, que lo habilita para dirigir partidos internacionales.

De todas formas, en su ámbito más cercano apuntan que nunca ha mostrado recelo ni deseos de revancha contra los estudiantiles. “Al contrario, siempre destaca el valor de la formación que le dieron”, apuntan. Sin embargo, solo este semestre ha sido protagonista en dos duelos de la UC, ya que perjudicó a los cruzados ante Audax Italiano, donde no les cobró un evidente penal a favor. Pese a ese antecedente inmediato, Roberto Tobar igualmente lo designó para dirigir nuevamente a último tetracampeón del fútbol chileno. Una movida arriesgada y que terminó mal para el jefe de la comisión, con el referato chileno otra vez bajo sospecha.

En la UC también se quejaron por el tiempo que el juez le añadió al encuentro. En el segundo tiempo fueron 11 minutos, los que el Cacique aprovechó en plenitud, pues en los últimos segundos Damián Pizarro arremetió para sentenciar una victoria que en Macul se celebró como un título, pero que, en rigor, apenas alcanza para mantener la ilusión de alcanzar el bicampeonato, considerando los siete puntos de distancia que aún existen con el líder Cobresal, aunque el Cacique tiene pendiente el partido con Magallanes.

En esta decisión, González encuentra un cerrado apoyo de la Comisión de Árbitros de la ANFP. Primero, en el sentido de la instrucción expresa que recibieron los jueces de tender hacia el mayor tiempo efectivo de juego posible y, en el mismo sentido, de recuperar cada segundo que se pierda. Y luego, porque en la práctica la decisión no fue unilateral, sino apoyada por los encargados de llevar el control del tiempo en el VAR. Desde ahí, de hecho, nace la sugerencia de aplicar los 11 minutos de adición.

Roberto Tobar, el presidente de la Comisión de Árbitros es incluso más específico, pues revela a El Deportivo el detalle de cada situación que provocó interrupciones en el segundo lapso, con la consiguiente medición. “En los 70′ hay un choque de cabezas entre Opazo y Montes. Se pierden 2′; en los 74′ 20″, amarilla por foul de Pavez a Montes y se reanuda en los 79′05″. Kagelmacher iba a reanudar y realiza esta acción que le cuesta la segunda amarilla. Se pierden 4′45″, apunta. El recuento continúa. “En los 79′1″ Parot reanuda con un pelotazo lazo. Falcón le hace una falta a Zampedri. Se reanuda en el 81′52″, detalla. “Solo ahí se perdieron 9′37″ sin contar las sustituciones”, resume, respaldando plenamente la decisión referil.

Si en el camarín de la UC y en el palco en que se ubicaron los principales referentes del directorio de Cruzados, encabezados por Juan Tagle, los dardos apuntaron hacia González, en la Comisión que lidera Tobar la evaluación fue favorable para el árbitro. “En términos generales, la comisión evalúa de muy buena manera el trabajo liderado por Felipe González en el clásico de este domingo. Fue un partido de alta intensidad y que, sin dudas, acaparó toda la atención. Un gran espectáculo”, manifiesta el encargado de dirigir al referato nacional. La única precisión tiene que ver con la pérdida de tiempo en la primera etapa. “Como en todo trabajo, siempre hay puntos de mejora y en este aspecto creemos que la gestión preventiva en el control de tiempo desde el comienzo del partido es algo a revisar”, profundiza.

Luego explica una de las situaciones más controvertidas del duelo: la infracción de Óscar Opazo sobre Clemente Montes que en San Carlos de Apoquindo siguen reclamando como penal y expulsión del lateral albo por un doble golpe, donde se incluye un claro codazo. “En cuanto al control del juego, hubo decisiones muy correctas y sin duda también una situación que se debió sancionar como tiro libre con amonestación al jugador Opazo por la falta que comete en contra de Montes fuera del área”, apunta Tobar, pese a varias imágenes de la transmisión oficial determinaban que la infracción comenzó fuera, pero terminó dentro del área. Aquella eventual amarilla que Felipe González omitió pudo cambiar completamente el rumbo del partido, porque habría significado la expulsión de Opazo, que ya estaba amonestado. Error garrafal, pese a que Tobar intente bajarle el perfil.

“En esta parte, en la falta de Opazo, la revisión silenciosa que realiza el VAR verifica que la infracción se comete fuera del área penal”, añade, descartando la teoría de la pena máxima. La posible expulsión también queda descartada de plano en base a criterios técnicos. “Tampoco se ajusta a una conducta violenta, por lo que no puede intervenir, por tratarse de situaciones fuera del protocolo VAR”, precisa.

Los argumentos del exárbitro FIFA no son compartidos por Juan Tagle, el presidente de Cruzados. “Fue un arbitraje muy cargado y parcial, por las situaciones de amarilla para uno y otro lado y los criterios de falta”, dijo tras el encuentro. “El penal de Clemente era evidente, quedó marcado el efecto del golpe y no la fue a ver al VAR, hay que oír el audio. El 2-0 marcaba el partido”, complementó.

Por último, insistió en los 11 minutos de tiempo adicional que consideró como “impresentables”. “No lo había visto, no hubo situaciones especiales para una extensión de esa magnitud”, expuso.

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