La versión más mágica de Lamine Yamal catapulta al Barça hacia los cuartos

El canterano aniquiló al Benfica con una asistencia a Raphinha y un golazo de rosca que hace inevitables las comparaciones con Messi

Dortmund o Lille asoman ya en la ruta a Múnich, aún lejos pero cada vez más cerca para un Barça incontestable que pasó por encima del Benfica (3-1) en una tarde antológica de Lamine Yamal. Bastó medio partido para que los lusos capitularan ante el imparable fútbol azulgrana, coronado con una actuación memorable del chaval, autor de un golazo y una asistencia a Raphinha, que selló luego su doblete. Billete a cuartos por la vía rápida e incomparable homenaje al doctor Carles Miñarro.

El plan de Hansi Flick no sorprendió como tampoco el de Bruno Lage. Apostó el alemán por Araujo, ya como en Da Luz tras la roja a Cubarsí, para hacer tándem atrás con Iñigo Martínez y mantuvo la confianza en Olmo, titular por cuarta vez seguida. Enfrente, un Benfica ambicioso con Pavlidis arriba, el reaparecido Florentino para aportar solidez en el mediocentro y el sueco Dahl, relevo del sancionado Álvaro Carreras y una bicoca para Lamine Yamal.

Previsible fue el guion inicial de los lusos presionando alto con Aursnes en línea con Pavlidis sobre la salida de Iñigo Martínez y Araujo. Inteligente, el ‘Flick Team’ minimizó riesgos. Paciente y sin temor a no tener la bola. Porque saliendo bien de atrás y buscando a Olmo o Lamine, el oxígeno lisboeta iría menguando. El extremo amenazó primero combinando con Lewandowski. Primer aviso. No hubo otro sino un jugadón celestial que hace inevitable comparaciones con el mayor genio de la historia. Agarró el balón Lamine en la zona de tres cuartos, le encaró Florentino pero lo dejó en el césped con un quiebro magistral sin dejar de conducir con la zurda y enviar una asistencia brutal. Raphinha, al segundo palo, remachó de volea para elevar los dedos al cielo en memoria del doctor Miñarro.

Dos minutos duró la ventaja azulgrana. Un córner botado por Schjelderup fue peinado por ‘Lewy’ pero Araujo bajó la guardia en la marca y Otamendi igualó. El 1-1 no afectó al Barcelona. Tras la pausa de hidratación por el Ramadán de Lamine, Aktürkoglu y Kokçü en el minuto 15, ya tras la puesta de sol de las 18.52 h., el Barça dio un paso adelante invadiendo ya el campo contrario a los mandos de Pedri, convertido un día más en Xavi, Iniesta, Laudrup e incluso Davids. Una recuperación suya bajando y escondiendo la pelota hasta el córner propio para dársela a Szczesny encendió la grada, entregada en cánticos al canario.

Olmo fue otro jugador clave como ancla, acelerando el juego con verticalidad al inicio y escogiendo siempre la mejor decisión entre líneas. Rozó el 2-1 el egarense, muy allegado al doctor Miñarro, tras un jugadón de Balde, inconmensurable y sin nada que envidiar a aquel Alphonso Davies que aniquiló al Barça en el 2-8. Flick ya lo tiene con Alejandro. Un avión en Montjuïc.

Compitiendo un día más con cabeza, los locales maduraron y encerraron al Benfica pero el escaparate Champions y quizá las primeras quinielas de Balón de Oro desataron un Lamine de otro planeta. Sólo un marciano, como aquel rosarino que metió 672 goles de culé, puede dibujar semejante rosca con la zurda. Encaró a Tomás Araújo, se escoró con el balón ya fuera del área en el vértice derecho y el resto ya podrán explicarlo a sus nietos los radicales benfiquistas que luego encendieron decenas de bengalas.

Tremendo. El 2-1, con otra dedicatoria al cielo de un elegido, multiplicó la calma de un Barça muy maduro, dominante y solvente para seguir dejando en fuera de juego a un rival incapaz de contener la doble versión azulgrana. Se vino un pelín arriba el Benfica para asustar con otro empate al filo del descanso pero lo pagó caro. Balde cortó la bola en la frontal y activó el turbo. Con ‘Lewy’ en el eje y Lamine y Raphinha por las alas, esperó lo justo para servir el pase al brasileño. El banderín en alto provocó el suspense un minuto pero el VAR validó el 3-1 y el undécimo gol del ‘Pichichi’ de la Champions y candidato al Balón de Oro.