El equipo millonario consiguió otra estrella en una final estremecedora: perdía 1-2 con Estudiantes hasta los 34 minutos de la segunda mitad; empató «El Pibe» y ganó en los descuentos con un golazo de Aliendro. En el Pincha fue titular Javier Altamirano
River Plate lo dio vuelta sobre el final, venció 2-1 a Estudiantes de La Plata en una final épica y se coronó campeón de la Supercopa argentina en el estadio Mario Alberto Kempes. El equipo platense abrió el marcador a los dos minutos con gol de Javier Correa pero River lo dio vuelta con un tanto de Pablo Solari y un golazo espectacular de Rodrigo Aliendro en tiempo cumplido.
Fue una gran final, cambiante, emotiva y por momentos bien jugada entre dos equipos con intenciones bien marcadas que no siempre lograron concretar sus búsquedas pero que tuvieron buenos momentos a lo largo de los 90 minutos.
River tuvo premio a su buen rendimiento en el segundo tiempo con dos goles en los diez minutos finales. Los cambios lo impulsaron después de una primera etapa en la que el plan de Martín Demichelis no había funcionado.
Santiago Simón fue el mejor jugador de River. Entró en el comienzo del segundo tiempo en lugar de Leandro González Pirez y le dio más aire y salida por derecha al equipo. Su aparición le otorgó más dinámica a River, que en el complemento pudo dominar de forma más consistente. Además, Simón participó con una gran asistencia del gol de Solari en el 1-1.
En la primera etapa, el conjunto de Demichelis nunca jugó con firmeza ni terminó de hacerse dueño de la pelota. La inercia del resultado lo empujó hacia adelante pero no tuvo ideas. Matías Kranevitter perdió la lucha en el mediocampo y Nacho Fernández y Esequiel Barco nunca fueron un peligro concreto para la defensa platense. Además, Miguel Borja se perdió entre los centrales, lejos de la pelota.
Estudiantes, en cambio, jugó en un escenario perfecto en los primeros 45 minutos. Aprovechó su gran juego aéreo rápido y después solo tuvo que ocuparse de mantener a River lejos de Matías Mansilla, una tarea que el propio River le facilitó durante buena parte del juego.
Todo cambió cuando empezaron los cambios. Además del ingreso de Simón, a River lo mejoró Claudio Echeverri, más allá de que Fernández había estado más suelto tras el descanso. El juvenil representa una preocupación para cualquier defensa porque es capaz de desnivelar fuera de contexto.
También entró bien Rodrigo Villagra, en reemplazo de un Kranevitter que otra vez estuvo lejos de la pelota y superado. River jugó con intensidad y mostró coraje en los momentos más complicados para dar vuelta un partido que se había presentado muy complicado.
El golazo de Rodrigo Aliendro, minutos después de su ingreso, fue celebrado a lo grande por todo River. Cuando la Supercopa parecía irse al alargue, el mediocampista sacó un remate demoledor que fue un premio a la insistencia de River para quedarse con la Supercopa.
El volante aprovechó el desconcierto del Pincha gracias a la lucidez de un alcanzapelotas que le dio rápido la pelota al Millonario, y la jugada derivó en un zapatazo suyo que se coló en el ángulo del arco defendido por Mansilla.
Tal fue la emoción de la conquista que Demichelis quedó afónico en el festejo e incluso el propio Aliendro soltó un par de lágrimas por la tensión que había vivido el equipo a lo largo de los 90′ en Córdoba.
/Espn Argentina
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