No es difícil sacarle la foto a esta Universidad de Chile 2022.
Porque tiene líneas muy marcadas. Y con rendimiento muy opuesto.
Tiene bajo los tres palos a un Hernán Galíndez que claramente está para ubicarse en el podio de los mejores arqueros del campeonato. Si no es por el ecuatoriano, de seguro que la U tendría una mayor cantidad de tantos en contra. Porque en todos los partidos evita al menos un par goles cantados. En el primer tiempo ante Ñublense, achicó empezando el partido un desborde de Moya y provocó una serie de rebotes que terminaron con un remate desviado del Pato Rubio. Y después le ganó en un mano a mano a Aravena, que lo había enfrentado solo entrando por el medio del área.
Para hacerle un gol a Galíndez, tiene que ser un golazo como el que le marcó Bernardo Cerezo a los 20 minutos de juego. Un cambio largo desde la izquierda, control orientado con el pecho del Pato Rubio, amortiguación y volea del lateral derecho, que clavó la pelota en el segundo palo. Inatajable.
Siguiendo con los aspectos positivos, precisamos algo que ya todos saben: esta Universidad de Chile tiene mucho gol. Por eso, en el CAP, le llegó apenas dos veces al arquero Nicola Pérez y le bastó y sobró para empatar el primer tiempo. La primera intentona fue un tiro libre de Pablo Aránguiz que obligó a una gran atajada al portero chillanejo. Esto fue a los 27´y a los 34´se filtró Ronnie Fernández por la izquierda, con la torpeza que lo caracteriza lo derribó Del Pino Mago. Penal, ejecución y gol del Chorri Palacios.
Hasta ahí lo bueno que tiene este equipo azul. Porque de medio campo hacia atrás va claramente de más a menos.
El trío de volantes integrado esta vez por Felipe Seymour, Pablo Aránguiz e Israel Poblete está más conformado para acompañar a sus delanteros que para defender. El capitán del equipo queda muy solo en ese aspecto y ya no tiene ni la juventud y la velocidad para cubrir un sector que se le hace aún más extenso cuando enfrenta a rivales de muy buen pie, como lo son Moya, Mateos y Aravena en Ñublense.
Por esta razón, los defensas universitarios que siempre deben enfrentar a rivales que los enfrentan con pelota dominada y con amplio campo por delante.
Es cierto y eso hace, por ejemplo, que Ignacio Tapia deba salir muy arriba a enfrentar a delanteros que llevan todo las de ganar. Esto hace que con el boliviano Carrasco se vean siempre muy desacoplados y dejando vacíos impresionantes a la entrada y dentro de su área.
También los laterales de Universidad de Chile sufren por estas deficiencias que muestra el equipo. Yonathan Andía y Marcelo Morales conocen el puesto y ambos han hecho buenas campañas en el pasado inmediato. Sin embargo, ahora se ven enfrentados habitualmente a rivales que les hacen el un -dos y como no tienen apoyo se ven muy fáciles de desbordar.
ÑUBLENSE, UN EQUIPO MUY INTERESANTE
Señalemos que el rival también juega. Y en este caso, juega bastante bien. Es un equipo que interpreta a cabalidad el fútbol que ha caracterizado a todos los elencos dirigidos por el corpulento Jaime García.
De partida, intenta salir siempre con pelota al pie desde el fondo, pero ojo que cuando es necesario no se arrugan para reventarla. Seguramente, tanto su arquero Nicola Pérez, como los laterales Cerezo y Campusano no van a a aparecer en los rankings de fin de año, pero de seguro que tampoco alguien los va a responsabilizar de una mala campaña. Lo mismo se puede decir del central y capitán Nicolás Vargas.
El medio campo es muy interesante, porque los tres se entienden y juegan bastante bien. Federico Mateos es el de más nombre, pero el aporte de Moya y Aravena no le va en zaga. Y como respaldo, Caroca y Rivera para hacer el trabajo de recuperación.
Este Ñublense que llega con muchos en ataque, pero para eso tiene un «9» que hace muy bien de pivote. En los partidos anteriores venía siendo el Nico Guerra y en esta oportunidad esa función le cupo al Pato Rubio, que respondió a cabalidad.
LA EXPULSIÓN DE ISRAEL POBLETE
Cuando el partido parecía encaminarse al 1-1 definitivo, se produjo una desafortunada jugada de Israel Poblete, que le entró muy fuerte a un adversario en un sector intrascendente de la cancha. Bien expulsado por Fernando Vejar.
Fue en el minuto 63´y lógicamente condicionó todo lo que quedaba por jugarse.
Porque con ventaja numérica en la cancha, Ñublense se soltó aún más en ofensiva.
Lo que no estaba en los cálculos de nadie es que a los 72´habría un error monstruoso de Nicolás Vargas y Nicola Pérez. El defensor devolvió sin mirar una pelota hacia atrás y obligó a salir desesperadamente de su arco al portero para tratar de llegar antes que Palacios al balón. Fue tanto el ímpetu del arquero que innecesariamente terminó llevándose puesto al delantero de la U.
Otra vez Vejar estuvo bien al sancionar el penal. Y otra vez estuvo impecable el Chorri Palacios para transformar la falta en gol.
Si alguien pensó que podía ganarlo Universidad de Chile, se olvidó de las ventajas que dan los azules en defensa. Apenas tres minutos más tarde, eso lo aprovechó el Pato Rubio, que luego de una pelota que cruzó de izquierda a derecha, sacó un remate muy ajustado que pegó en un poste y se fue adentro.
Y LO TERMINO PERDIENDO LA U
Porque cuando terminaba el partido, minuto 85´, otro desborde por la derecha de la defensa de Universidad de Chile, esta vez de Mathías Pinto que llevaba pocos minutos en cancha. Otra vez Andía desbordado y sin nadie que lo apoyara. Centro y empalme en el punto penal de Federico Mateos para sentenciar el partido
Porque, fiel a su estilo, la U hasta pudo empatarlo de nuevo. Carrasco tuvo una ocasión inmejorable en el último minuto y su remate desde el punto penal le salió muy al centro del arco y Nicola Pérez pudo desviarla sobre el travesaño.
Así se firmó la primera derrota de Universidad de Chile y así Ñublense quedó merecidamente como único escolta de Universidad Católica.
/Gerardo Ayala Pizarro. Fotos: twitter oficial de Universidad de Chile y Ñublense
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