El cuadro de Xabi Alonso se medirá a la Atalanta en Dublín tras regalar otra noche histórica al BayArena: salvaron el invicto en el minuto 90+7 con un gol de Stanisic (2-2)
El Bayer Leverkusen tenía el billete a la final de la Europa League en el bolsillo, pero lo iban a pagar con el invicto de 48 partidos. La Roma de De Rossi estaba consiguiendo lo que nadie había logrado esta temporada, ganarle un partido a Xabi Alonso, con dos penaltis de Paredes (1-2), resultado insuficiente para dar la vuelta a la eliminatoria. Por si no habían aprendido la lección, las ‘aspirinas’ la repitieron ante un BayArena que explotó de alegría. No saben perder. Esta vez, el salvador de una racha histórica fue Stanisic, en el minuto 90+7.
La Roma salió a buscar un gol rápido. La tuvo Lukaku en los primeros compases del choque, pero Kovar, muy atento, impidió que definiese en el uno contra uno. Desde entonces, el Bayer Leverkusen fue un auténtico rodillo. Solamente los guantes de Svilar, en múltiples ocasiones, pudieron evitar el gol de los de Xabi Alonso al primer tiempo.
Lo intentaron Palacios, Frimpong, Adli y Hlozek, pero siempre estaba el serbio, que destacó especialmente con una parada a una falta directa del delantero checo y con una doble parada a bocajarro, primero a Adli y después a Hlozek. Cuando no apareció Svilar, lo hizo Mancini para bloquear disparos que iban directos a la red. Incluso puso de su parte el poste.
El que perdona lo paga. Y en una jugada aislada, llegó el gol de la Roma. Penalti de Tah que Parades no iba a desaprovechar. Los italianos estaban dentro de la eliminatoria al descanso. Kovar evitó el 2-2 a un misil de Azmoun desde fuera del área y otro intento de El Sharaawy. Sin mucho fútbol, la Roma era capaz de ir complicando las cosas. Justo en la siguiente jugada, Svilar le sacó el empate a Hofmann en un mano a mano. Cualquier cosa podía pasar.
La Roma se había ganado el derecho a soñar con ser finalista. Una imprudencia de Hlozek le ‘regaló’ el segundo penalti a la Roma por unas manos innegables. Y de nuevo, no falló Paredes. El billete a Dublín estaba en tierra de nadie. También la condición de invicto del cuadro de las ‘aspirinas’. 48 partidos sin perder se podían ir al traste. Como la final de la Europa League y el sueño del triplete.
La suerte hay que buscarla, y Grimaldo compró todos los boletos con un saque de esquina muy potente al segundo palo. Error grosero del que no fallaba, Svilar, y el balón rebotó en Mancini para tocar la red. El Leverkusen estaba en la final, pero tocaba salvar el invicto.
Svilar, con la cara, protagonizó la enésima parada a un disparo de Frimpong en los últimos instantes, y otras tantas paradas a varios compañeros. El éxtasis llegó en el 90+7′, en el último suspiro, Stanisic alargaba la racha de partidos sin perder a 49. El triplete está a la vuelta de la esquina.
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