Prestianni también probó apenas pudo, sin dirección. pero la más clara de ese primer tiempo cerrado fue una llegada hasta el fondo de Alejo Sarco tras un pase filtrado de Subiabre. El delantero del Bayer Leverkusen dio el pase al medio y no llegó Valentino Acuña.
Placente, algo disconforme con el rendimiento de sus muchachitos, no esperó y movió el banco en el entretiempo con los ingresos de Mateo Silvetti, por Subiabre, y de Tobías Andrada, por Acuña. Rompió el 5-2-3 inicial para rearmar todo en un 4-4-2 de juego más vertical.
Silvetti desperdició una oportunidad clara de contraataque al no darle bien de derecha cuando había recibido una gran habilitación de un Prestianni encendido. Pero Colombia reaccionó con un par de situaciones muy peligrosas que obligaron a Barbi a lucirse con salvadas espectaculares. Juan Villalba también tuvo un cruce justo a tiempo cuando Emilio Aristizábal -el hijo de Víctor Hugo- estaba de cara al arco.
Los dientes siempre apretados y los ojos casi sin pestañar. Así se jugaba esta semifinal entre un equipo con buena conexión de pases, como Argentina, y otro con una potencia física admirable, como Colombia.
Silvetti desechó otra posibilidad de frente con un tiro que se le fue demasiado arriba. Parecía que había entrado torcido esta vez el compañero de Lionel Messi en Inter Miami. Pero la tercera fue la vencida para él. Prestianni condujo nuevamente, junto colombiano y Silvetti quedó solo para recibir y ahora sí no fallar, de tres dedos.
De pronto, la noche se le abrió a la Argentina. El arquero colombiano le tapó el segundo dos veces en la misma jugada a Prestianni, que nunca sacó el pie del acelerador. Y a los pocos minutos se fue correctamente expulsado por doble amarilla Jhon Rentería, que juega en Sarmiento de Junín. Colombia quedó abajo en el marcador y con uno menos en el tramo final.
Sarco casi sentencia todo, pero su definición de derecha pasó al lado del palo. La tensión se mantuvo hasta el cierre porque la Sub 20 albiceleste no lo liquidó y porque su adversario, perdido por perdido, fue a buscar desesperadamente el empate, que nunca pudo conseguir.
El desahogo tras el pitazo fue total en los chicos, que celebraron de cara a sus familiares en las tribunas. La Argentina, de nuevo en lo más alto del fútbol mundial
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