
Ganó Vélez Sarsfield por 2-1 y los tres goles fueron mediante lanzamientos penales. El chileno, que entró en el segundo tiempo, había establecido el epmate parcial para su equipo. Pablo Galdames fue titular y a Luciano Cabral lo cuidaron para el partido con la U
De terror lo de Independiente en Liniers. El Rojo fue al José Amalfitani a tratar de conseguir su primer triunfo con Vélez, peor se autoboicoteó solo en el primer tiempo y, tras haberlo igualado, terminó cayendo por un horror arbitral en lo que fue la noche de los penales.
De arranque, el desarrollo fue parejo, y hasta por momentos mejor el Rojo. Con Iván Marcone firme en el mediocampo y Pablo Galdames acompañando, Lautaro Millán pudo conducir los ataques y abastecer tanto a Diego Tarzia por izquierda como a Matías Abaldo por derecha. Ignacio Pussetto, por su parte, se movía por todo el frente tratando de generar espacios. El plan era tratar de abrir al rival, algo que parecía cuestión de tiempo.
El Fortín, por su parte, no encontraba los caminos. Lograba llegar al fondo y desbordar, pero no conse guía ir más allá. Ni siquiera preocupaba a Rodrigo Rey a pesar de las dificultades de Independiente para marcar. Pero el duelo se iba a abrir de la forma más absurda.
Guillermo Barros Schelotto, vivo, entendió que la conducción en salida del Rojo dependía de Kevin Lomónaco, e hizo hincapié en la presión alta ahí. El Diablo ya había jugado al filo cuando Leonardo Godoy jugó para atrás y complicó al 26. Lejos de aprender, insistieron.
Iban 31 minutos cuando Jonathan De Irastorza jugó para Lomónaco. El zaguero central, lejos de jugar rápido, dio media vuelta e intentó salir jugando. Sin embargo, fue sorprendido por Tomás Galván, a quien tuvo que agarrar del pie para que no se vaya solo al gol. Leandro Rey Hilfer sancionó penal y tarjeta roja para Lomónaco, y Dylan Godoy cambió la pena máxima por gol.
De ahí en adelante, el Rojo quedó grogui, y todo se le hizo cuesta arriba. El equipo quedó partido y el local casi se pone 2-0: Imanol Machuca encaró hacia el medio y remató, pero Rey salvó al equipo para luego exigir más atención a sus compañeros.
La segunda parte fue casi una continuidad de la primera. Vélez no arriesgaba ni intentaba, ya que estaba conforme con el 1-0 y necesitaba resguardarse para el martes. Independiente, por su parte, era un mar de imprecisiones y no lograba preocupar al local.
Pero había una luz de esperanza arriba, una desde Villa Domínico. Lautaro Millán era el único rebelde, el único que mantenía con vida al Diablo. Así fue que, casi llegados los 30 de la segunda parte, filtró un pase para Pablo Galdames, quien recibió una dura falta de Aarón Quirós y el árbitro cobró penal tras revisión en el VAR.
Quien se hizo cargo de la pena máxima fue Felipe Loyola. El chileno, que hace unos días reconoció que está jugando infiltrado, definió con gran calidad para poner el 1-1.
Pero no iba a terminar ahí. Era la noche de los penales en Liniers, y como tal, tenía que haber uno más. A los 36 minutos, y tras un centro, Rey Hilfer cobró un supuesto agarrón de De Irastorza y penal para el Fortín. Braian Romero definió bajo y sentenció el 2-1 definitivo. ¿Realmente era penal? ¿En serio?
Tras el penal, no hubo mucho más. Cuando Rey Hilfer dio por finalizado el partido, Independiente volvió a perder. El Rojo fue perjudicado con un penal que no fue, pero tampoco logra levantar cabeza y ya lleva siete partidos sin victorias, con cinco caídas entre ellos habiendo logrado 2 puntos de 15 en el Torneo Clausura. El equipo volvió a ser mandíbula floja, se fue cabizbajo y ahora se viene la revancha con Universidad de Chile. ¿Esperarán a quedar afuera de la Sudamericana para reaccionar?
/Infierno Rojo
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