
Fue 0-0 en la inauguración de este torneo experimental de la FIFA. El ex arquero de A. Italiano tapó un penal y el Peluca (ex Colo Colo Colo) ganó en ambas áresa con us potencia acostumbrada
El Inter Miami es como cuando en el colegio dejaban al mejor de la clase escoger equipo. Ese es Leo Messi, bien rodeado de amigos en una ciudad en la que disfruta y en la que se ha convertido en un eje de negocio. Pero incluso un equipo de ‘soccer’ no debe olvidarse del juego. En el equipo que dirige Mascherano hay una mezcla entre los que ya no pueden (Busquets o Luis Suárez) y los que no son capaces (el núcleo joven). Solo Ustari, y maximiliano Falcón, acompañaron a Messi, que lo intentó con dos soberbios palos, en un debut donde solo se superaron las expectativas de asistencia.
La valentía del ‘rey de África’
Un partido de inauguración siempre presume de expectativas que nunca se cumplen. En el caso de un Mundial de Clubes, con un Al Ahly – Inter Miami, no existía un baremo de expectativas. Todo era experimental, desde la previa, al más puro estilo del deporte estadounidense, al juego del conjunto local. Un cuadro dirigido por Mascherano que está lejos de poder competir en un escenario internacional exigente. El ‘Rey de África’ ejerció como tal en un encuentro preparado para Messi.
Pero no se puede poner el mantel si no hay alimentos encima. Messi juega rodeado de amigos, pero en la práctica, solo. El ’10’ intenta dibujar los viejos pases en profundidad que servían de magníficas asistencias. Luis Suárez no es el de antaño y a su alrededor se ha formado un equipo con ambiciones inexactas. De hecho, el mejor amigo del capitán en el campo fue Ustari, el guardián de Miami que mantuvo al proyecto en el partido con varias paradas de mérito. Sí, el mismo que sentó cátedra en el Getafe dejó en la lona a Trezeguet -este sí que no era David- en el lanzamiento desde los once metros.La más decisiva, un penalti cometido por una defensa muy superado por las acometidas de Zizo o Wessam Abou Ali, el delantero palestino de Al Ahly, acompañado en la grada por varias banderas de su país, introducidas de modo casi clandestino.
El conjunto dirigido por el español José Riveiro, que asumió el cargo hace apenas unas semanas, rozó el gol tanto como quiso hasta que en un arrebato de orgullo, el equipo de Miami se despidió del primer tiempo con un remate a bocajarro para dar la sensación de estar vivo.
Era un 0-0 tan pesado como el calor que marcará una cita pensada para que EEUU piense seriamente en que será sede de un Mundial en menos de un año, con lo que ello implica. Aunque lo importante en este torneo, por lo menos en la fase de grupos, es el show. Como el que protagonizaron IShowSpeed, Kaka, Aguero o Djorkaeff en el descanso, donde las gradas se vaciaron para unirse al consumismo de un partido en el que la cerveza, por poner un ejemplo, vale 20 euros entre impuestos y propinas.
Aunque todo vale por ver a Messi echarse a hombros a un equipo, como ha pasado tantas veces y volvió a suceder en la segunda mitad. El ’10’ fue la correa de transmisión de Mascherano en el campo para dejarse ver en todos los flancos y demostrar esa capacidad de hacer mejor a sus compañeros. Como toda la vida. La película invitaba a un gol del argentino, que, armó una falta que fue ilusión óptica para celebrar un tanto que no fue. Como Luis Suárez, cuyos remates demuestran que para él ha habido un tiempo mejor.
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