Los londinenses se impusieron al Bayern y se colocan como líderes en solitario de la Liga de Campeones
Se preveía un duelo de titanes en el Emirates Stadium. Quizá los dos equipos más en forma de Europa frente a frente. Segundo contra primer clasificado en Champions, los dos con pleno de victorias. Y no defraudó, por lo menos en el primer acto. Tras el paso por vestuarios el partido se convirtió en un auténtico recital del Arsenal que presenta su candidatura para levantar la orejona.
Los de Arteta comenzaron mandando y Trossard fue el primero en avisar a los alemanes tras un gran balón al espacio de Merino. Aunque la jugada quedó invalidada por fuera de juego. La tarea pendiente del Bayern de Múnich sigue siendo el balón parado. El pasado fin de semana ya encajó dos tantos de la mismo forma contra el Friburgo y Timber aprovechó las dudas de Neuer, que reclamaba un empujón, para peinar el balón en el primer palo tras el saque de esquina de Saka.
Al Arsenal le sentó muy bien adelantarse en el marcador y entre Merino y Eze estuvieron a punto de ampliar la ventaja, pero el disparo del ex del Palace no encontró los tres palos. Pero la calidad de Kimmich marcó la diferencia. En apenas tres toques el Bayern devolvió las tablas al marcador. El alemán se inventó un pase teledirigido desde su propio campo para Gnabry, que de primeras y sin dejarla botar, la puso en el punto de penalti para que Karl pusiera el interior y la mandar al fondo de la red. El conjunto bávaro mitigó el ímpetu inicial de los locales y mantuvieron el control lo que restaba de primer tiempo.
Tras el paso por vestuarios el Arsenal recuperó la manija del encuentro por completo. Saka puso a prueba a Neuer aprovechando un error de Kimmich en la salida que sacó el portero con la yema de los dedos. Merino fue un auténtico dolor de cabeza, nunca mejor dicho, para la defensa bávara. Cada balón parado se celebraba como un gol en las gradas del Emirates ante la fragilidad de la zaga visitante. Hasta en tres ocasiones logró conectar con la testa el español.
El Arsenal se hizo dueño y señor del encuentro haciendo desaparecer por completo al gigante alemán. Calafiori, en su primera intervención puso un tenso centro al segundo que empujo Madueke. Los dos hombre que salían del banquillo ponían en ventaja al Arsenal. Neuer sostuvo a los suyos con dos paradas de mucho mérito sobre Mosquera y Rice. Aunque no estuvo acertado en el tercero y definitivo 3-1 de Martinelli. El alemán salió de sus dominios y el brasileño le desbordó con un control para definir a puerta vacía. El Arsenal reina Europa y se presente como firme candidato para levantar la orejona.
/Marca
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