Empató 1-1 con el Jagiellonia polaco y este partido figurará para siempre en los anales de las gestas de este Betis que disputará por primera vez unas semifinales de una competición europea.
Cita con la historia certificada para el Real Betis Balompié en la ciudad polaca de Byalistok. La entidad radicada en el sevillanísimo barrio de Heliópolis está a un solo paso de disputar la primera final europea de su historia.
De momento, Pellegrini, Isco, Antony, Haro y compañía certificaron el acceso a las semifinales, lo que ya es histórico también, pero el afán, el objetivo, es agrandar esa maravillosa sensación de escribir bellas páginas en las competiciones europeas y para ello lo siguiente será superar también a la Fiorentina italiana para meterse en esa final programada para el 28 de mayo en la ciudad de Wroclaw.
La gran final se jugará, pues, también en Polonia, esta vez cerca de la frontera con Chequia en lugar de la de Bielorrusia, donde tuvo lugar este 1-1 contra el Jagiellonia. La distancia, según Google Maps, son apenas 122 kilómetros y allí sueñan con viajar todos los seguidores verdiblancos para sentirse orgullosos de su Betis en lucha por un nuevo título, el primero continental de su historia.
Para que eso sea posible será necesario dejar en la cuneta a la Fiorentina, precisamente el equipo en el que jugó Joaquín en la Serie A, pero antes era necesario visar el billete contra el Jagiellonia. Y los béticos sacaron adelante sin mayores apreturas su eliminatoria de cuartos de final contra un rival tan animoso como corto de calidad y también de físico. Las semifinales ya serán palabras mayores en esta Confererence League que deja las emociones fuertes para las últimas instancias, pero la página figurará para siempre en los anales de las gestas de este Betis que disputará por primera vez unas semifinales de una competición europea.
La escuadra de Manuel Pellegrini puso todo de su parte para que la clasificación quedara asegurada y que todo sucediera, además, sin ningún sobresalto que pusiera en peligro ese billete para figurar entre los cuatro mejores de la competición. Nada de complicarse la vida, el dos a cero del Benito Villamarín era un colchón bastante mullido y a eso se agarraron los heliopolitanos para no tener la sensación de padecimiento jamás a pesar de darle descanso a su faro, un Isco que estuvo casi todo el partido en el banquillo.
Todo sucedió, pues, acorde a la lógica en el coqueto estadio del Jagiellonia, donde todos los aficionados acudieron enfundados en una camiseta roja y amarilla para darle un especial colorido al evento. Ni siquiera el hecho de que a los diez segundos del partido rematara de cabeza Kubicki un centro lateral con todo a su favor para batir a Fran Vieites iba a alterar el lógico discurrir de los acontecimientos.
En absoluto iba a ser así. Pellegrini había dispuesto una alineación bastante reconocible con la ausencia de Diego Llorente en la zona central de la defensa y con el descanso otorgado tanto a Isco como a Johnny en posiciones más del mediocampo. Tampoco pasaba nada, porque tanto Altimira como Lo Celso, los hombres que ocuparon sus puestos en la alineación inicial, eran futbolistas de completa garantía.
Y la primera mitad se iba a desarrollar sin mayores sobresaltos para los verdiblancos aparte de ese remate solo inicial de Kubicki. El control del juego, del balón, aunque carente de profundidad, era absoluto y sólo Hansen pudo adelantar a los suyos en el minuto 21. Afortunadamente para los béticos, el balón le botó antes por una irregularidad del terreno de juego y de esa forma impedía que lo golpeara con toda la portería para él.
Desde ahí hasta la prolongación del primer periodo no sucedería nada. Hansen esta vez sí marcó de cabeza, pero en la jugada previa había un claro fuera de juego de Moutinho tras un toque de Pululu y aquello estaba condenado a ser invalidado. Como así sucedió en la revisión.
El único pero para los béticos estaba en la escasa profundidad de sus acciones en ese primer periodo. El control del juego se limitaba a dejar pasar los minutos, con algunos acercamientos prometedores, pero que no se iban a convertir en ocasiones claras de gol. Tal vez un disparo de Antony con la derecha (27’), pero muy poquito más.
Eso sí, el gol anulado a Hansen iba a servir como advertencia con vistas al segundo periodo. En cualquier acción aislada podía surgir el uno a cero y eso sí hubiera sido peligroso para enardecer a un Jagiellonia que se sentía inferior hasta entonces. Pellegrini le ordenó a los suyos que salieran con más ambición tras el intermedio y eso se iba a notar.
El Betis trató de moverse más cerca de Abramowicz, aunque tampoco las oportunidades de gol fueron muy claras antes del tanto de Bakambu, otro más, tras un buen pase de Ruibal al espacio. El 0-1 en el minuto 78 debía ser definitivo, como así lo fue, pero Churlinov empataría demasiado pronto para que la tranquilidad no fuera absoluta.
Pellegrini no quería sustos y apeló a Isco y Johnny, el Betis apretó más arriba, incluso el VAR anuló un penalti a Ruibal y ya no sucedió nada más salvo un jugadón de Abde sin rematador (89’).
El Real Betis Balompié había firmado una bella página para su larga historia. Por primera vez estará en las semifinales de un torneo europeo y eso siempre es un motivo de orgullo para todos los seguidores que sienten la fe balompédica de los equipos que acceden a ella, en este caso los que defienden a muerte la fe balompédica radicada en el sevillano barrio de Heliópolis. Los días 1 y 8 de mayo, con la Fiorentina como rival, tendrán la ocasión de vivir unas semifinales de esta Conference League, uno de los torneos organizados por la UEFA en el continente europeo. Casi nada.
/Escrito por Francisco José Ortega para el Diario de Sevilla
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