Finalmente, la Selección boliviana llegó la tarde de este sábado a Santa Cruz, después de superar una demora inesperada de más de 10 horas en Maturín, sede del partido que la Verde jugó ante la Vinotinto (2-0) por la fecha 15 de las Eliminatorias Sudamericanas.
El avión que transportó al seleccionado nacional aterrizó a las 15:20 en el Aeropuerto Internacional Viru Viru. Inicialmente tenía que arribar en horas de la madrugada, pero autoridades venezolanas no autorizaron a tiempo el despegue del avión, por lo que los jugadores tuvieron que pasar la noche en el hotel La Cascada.
Las autoridades venezolanas primero argumentaron que no hubo autorización de despegue (la orden la dan desde Caracas), después indicaron que los escáneres de la terminal aérea no funcionaban y finalmente señalaron que había mucho tráfico aéreo, cuando solo había dos vuelos programados.
Después de hacer las gestiones, finalmente pasada las 11:00 hora de Bolivia recién se dio la autorización para el chárter, que transportó a los jugadores.
Debido a este contratiempo, la Verde perdió valioso tiempo de trabajo físico y táctico. El cuerpo técnico ahora deberá reprogramar a contrarreloj las sesiones de entrenamiento, en una preparación marcada por el apuro y el desgaste de un viaje tenso. La FBF, por su parte, evalúa solicitar sanciones ante FIFA y Conmebol por el perjuicio sufrido.
LA DENUNCIA DE ÓSCAR VILLEGAS
Según el entrenador boliviano, esta situación no fue casual ya que según él: «se trató de un complot preparado por la Federación Venezolana de fútbol para perjudicar a nuestro equipo. Ellos quieren ir al Mundial a toda costa y por lo mismo necesitan que nos vaya mal ante Chile. Por eso demoraron el viaje ya que de esa forma alteraban nuestra preparación y nos quitaban horas para reacomodarnos a la altura del alto después de jaber jugado a nivel del mar»
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