Maradona recibió ayer el alta médica tras la operación en la cabeza a que fue sometido de urgencia la semana pasada. Tras diez días internado, el Pelusa abandonó en una ambulancia la clínica Olivos, a las afueras de Buenos Aires, sin que se le pudiera ver. Poco antes del alta, el médico de cabecera del exfutbolista, Leopoldo Luque, colgó en su cuenta de Instagram una foto con Maradona que hasta ahora es la única imagen del técnico del Gimnasia y Esgrima de La Plata tras la operación.

El astro argentino fue intervenido de un hematoma subdural crónico, un derrame que habitualmente es producido por un traumatismo craneal, pero que también puede llegar provocado por la ingesta prolongada de alcohol. Luque reveló hace unos días que Maradona padece síndrome de abstinencia, sin atribuirlo a ninguna sustancia concreta. Sin embargo, el anterior médico de cabecera de Diego, Alfredo Cahe, confirmó tras visitarlo en la clínica que el exjugador sustituyó la cocaína por el alcohol. Cahe fue el médico que en el año 2000 acompañó al Pelusa a Cuba para seguir un tratamiento de desintoxicación de las drogas que duró varios años.

Las hijas de Maradona se harán cargo de controlar de cerca su recuperación y custodiar a su padre fuera del hospital para evitar que vuelva a las andadas. De hecho, Diego no regresó ayer a su residencia de La Plata, sino que fue trasladado directamente a una casa alquilada expresamente en una urbanización privada de Tigre, al norte de la capital argentina, cercana al domicilio de su hija Gianinna.

/LaVanguardia