Un Barça nervioso remontó el sorprendente tanto de un Eintracht defensivo y mantiene el visor puesto en los ocho primeros
Gran victoria del Barcelona para seguir manteniendo la esperanza en quedar entre los ocho primeros en Champions, pero en una actuación complicada. Dos testarazos de Koundé remontaron el tanto inicial de Knauff con el que el Eintracht Frankfurt se encontró y que dificultó las cosas a un Barça nervioso que al final respiró, pero no sin antes sufrir de lo lindo. Sufrió porque, pese a ser el que propuso el juego, se encontró con un exponente del antifútbol enfrente. Nueva remontada, esta vez a base de cabezazos, que sirve para que el Barcelona mantenga el objetivo de ahorrarse el playoff de enero.
El Eintracht viajó a Barcelona a defenderse, a renunciar al ataque y ver si sonaba la flauta con Knauff, el delantero que quedaba descolgado arriba. O sea, hicieron el partido desagradable en el césped, como el personal que llevan con ellos lo hizo en las gradas, esta vez solamente en la zona reservada a los visitantes, donde destrozaron mamparas y desde donde lanzaron bengalas a los aficionados que estaban debajo. Gesindel. Lamine Yamal volvió a la banda tras el exitoso invento de Sevilla y ahí le costó. No marchó casi nunca de Brown. Tampoco repitió Ferran, que dejó su sitio a Lewandowski, que esta vez no dio una a derechas. No fue, en todo caso, el único.
No anduvo fluido el Barcelona en un primer tiempo espeso. Aunque el conjunto de Flick monopolizó el balón y encerró al Eintracht en su parcela, fue así porque los alemanes así lo decidieron y además ese dominio no fue fructífero. No había desequilibrio, con Lamine Yamal permanentemente vigilado por su lateral, Brown, más la yuda de Chaibi, y tampoco había ocasiones. La mejor, un intento lejano de Gerard Martín. Y cuando un buen centro de Raphinha desde la izquierda encontró rematador en Lewandowski, que marcó, el brasileño estaba en fuera de juego en el momento del pase de Pedri.
Todo empezó a torcerse de verdad en la primera ocasión en que los alemanes salieron de la cueva. Impreciso y frutrado Lamine Yamal, perdió un balón en un intento de regate fallido ante Brown, que no sólo le quitó el balón sino que lo subió, cruzó la línea divisoria con él y lo cedió en profundidad al veloz Knauff. Falló Gerard Martín en el intento de despeje y el alemán marchó hacia el área. Balde no entró por temor a hacer falta siendo el último defensor y aguantó, pero el atacante alemán superó con un buen remate la salida de Joan Garcia.
Un Barça con mucho balón pero sin ideas necesitaba, un día más, una remontada. Raphinha, que ya en la primera parte se había movido a ratos por la derecha, cambiando demarcación con Lamine Yamal, o por el centro, se situó definitivamente por dentro y entró Rashford, que salió con chispa para sacudir el tablero. El Barcelona seguía nervioso, sin embargo, y Joan Garcia tuvo que emplearse a fondo en dos intentos alemanes.
Si Flick buscaba en la profundidad de Rashford la posible solución, no se equivocó. Tras una primera internada con pase atrás a Raphinha cuando pudo haber definido, llegó un precioso y preciso centro al área, donde Koundé cabeceó a gol de forma impecable.
Y, sólo tres minutos después, el segundo de Koundé, también de cabeza, a centro esta vez de Lamine Yamal.
Se había remontado en un abrir y cerrar de ojos un marcador letal para el Barcelona, pero era necesario rematar. El Eintracht dio algún paso al frente, pero el conjunto barcelonista no aprovechaba los esopacios, aunque no es menos cierto que apareció Pedri, tras una actuación algo imprecisa, para serenar ánimos en la media.
Al Barcelona le falló el fuelle en el tramo final. Aunque Ferran dio brío y buscó dos veces el gol en sendos remates, no inquietó más al Eintracht y ahí contó con un seguro como Joan Garcia, impenetrable en el juego aéreo.
/MundoDeportivo
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