Con Carlos Palacios como titular, el xeneise le ganó a Estudiantes en el Estadio y espera con optimismo el Súperclasico con el «Millonario»
Boca sufrió tanto -pero tanto- en este 2025, que el dibujo táctico que dispuso Claudio Úbeda para ir a La Plata antes de ganarle a Estudiantes 2 a 1 tiene lógica. Un equipo compacto, bien parado en dos líneas de cuatro prolijas que cedió protagonismo pero que no sufrió durante el primer tiempo y que -a diferencia de partidos anteriores- tenía en el Changuito Zeballos al revulsivo capaz de desequilibrar más allá del peligro que representaran sus dos centrodelanteros.
Con ese planteo y por cómo se desarrolló el primer tiempo, al menos no parecía que Boca fuera a tener una tarde de descalabros, pensando en la dificultad del rival y contemplando la ausencia de su líder Leandro Paredes.
Y a pesar de algunos avances iniciales en los cuales el colombiano Cetré pareció anunciar una tarde complicada de Barinaga (quien se fue afianzando y ya no sufrió). el partido no revestía peligro para ninguno de los dos equipos.
Claro que la apuesta del visitante con su as en la manga tuvo sobre el final de esa primera etapa un atisbo de final feliz. Como ante Barracas, Zeballos intentó filtrarse entre Román Gómez y Facundo Rodríguez y -en otra muestra de su mejora física- ganó el duelo y generó la falta del central convirtiéndole penal.
La mala para este Boca al que nunca le sobra nada es que de esa jugada surgida fuera de contexto no pudo sacar provecho, ya que el propio delantero falló acertándole al palo. Y todo siguió igual, aunque no por mucho tiempo.
Boca y Estudiantes (Fotos Martín Bonetto).Porque esa base de pensar de atrás para adelante le dio a Boca su primer rédito justo en el inicio del complemento. Una salida prolija desde el fondo fue hilvanando una jugada por izquierda, con buenas participaciones de Lautaro Blanco y del chileno Palacios, que derivó en una precisa asistencia de Milton Giménez para que Zeballos tenga su revancha personal y defina perfecto al palo más lejano de Muslera. Un gol festejado y con cierta lógica, que parecía marcar la tendencia del partido.
Sin embargo, y a tono con los antecedentes más cercanos de la rivalidad entre Boca y el Pincha, de la absoluta nada surgió un punto bisagra en el partido. El protagonista fue Cristian Medina, justo Medina. El tema es que Medina ahora juega para Estudiantes, que lo pagó 15 millones de dólares por antecedentes como los que lo llevaron a ver un hueco entre Barinaga, Di Lollo y Belmonte y acelerar. Sin rumbo cierto, hasta que la impericia de Marchesin se lo llevó puesto. Y penal, para que el excéntrico de Cetré volviera a ponerse la ropa de verdugo xeneize y llevara las cosas a foja cero otra vez.
El gol de Cetré (Fotos Martín Bonetto).Pero si algo caracteriza a este Boca ya con sello propio de Úbeda es la paciencia. Y con esa premisa fue que el DT no se desesperó, y mandó a la cancha los cambios que resultarían determinantes (el doble de Ander Herrera y Braida para jugar el final casi con un 4-3-3), casi 10 minutos después del empate.
Y en un partido más favorable ya para el local, el Xeneize esperó su momento, que le llegó en tiempo de descuento: salida rápida de Marchesin, segunda jugada con buena presión y penal gracias a la avivada de Ander. Merentiel lo cambió por gol. Y Boca se copó.
/El Gráfico
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