
El duro golpe a la economía del fútbol chileno luego de que se cancelaran los patrocinios con casas de apuestas, y los clubes que se resisten a la norma.
La industria de las apuestas online se ha hecho un lugar en Chile. Son muchos los aficionados que se han volcado a este tipo de entretenimiento que vincula la adrenalina de las apuestas con la pasión por el deporte. El sector ha ido penetrando en el país, hasta llegar a poner su nombre en las camisetas de los futbolistas.
Los contratos de patrocinio entre los clubes deportivos y las casas de apuestas se dieron empapando la escena deportiva; no solo camisetas, sino vallas publicitarias y mensajes durante las transmisiones de eventos y torneos. Se trata de alianzas que pueden verse también en otros países, como Argentina, en donde Codere patrocina a River Plate.
El reciente retiro de las casas de apuestas como auspiciadores en el fútbol chileno ha generado un gran debate sobre la seguridad y la confiabilidad de estas plataformas; según Estafa.info, RojaBet es una de las más destacadas en Chile y cumple con las regulaciones necesarias para operar legalmente en el país.
Pero hay cuestiones éticas señaladas por el Gobierno chileno que fueron suficientes para emitir una normativa contundente que implicó la anulación de los contratos. Consecuentemente, los clubes debieron asumir la transición hacia nuevos patrocinadores que, aunque grandes, no proveen el dineral que las gigantes casas de apuestas inyectaban en las cajas de los clubes.
Un golpe duro a la economía del fútbol chileno
En 2023 el Ministerio de Justicia ordenó terminar los contratos de patrocinio entre clubes deportivos y casas de apuestas. La Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP) tuvo 30 días hábiles para reordenar la burocracia de los patrocinios, teniendo que digerir el hueco financiero que dejaría el retiro de estos gigantes de las apuestas.
En caso la medida no se cumpliera, la ANFP podría perder la personería jurídica. Se avanzó rápido: en octubre se finalizaron contratos con siete casas de apuestas, entre ellas Betsson, que auspiciaba y daba el nombre al Campeonato Nacional.
El golpe fue duro para los clubes, no solo porque quedaron acéfalos de un capital que sería difícil de volver a conseguir, sino porque quedó expuesta la dependencia financiera de las instituciones deportivas con las casas de apuestas.
Se respiraban aires de vulnerabilidad. La realidad es que los ingresos obtenidos mediante los patrocinadores nutren al club en todas sus aristas: sueldos, equipamiento, formación, y mucho más. En tan solo cinco años, los clubes reposaron en las casas de apuestas y su retirada desordenó el tablero de gastos e inversiones.
Nuevos patrocinadores
El repentino corte comercial con las empresas implicó la nueva puesta en marcha de la ANFP para encontrar patrocinadores. El escenario era decepcionante, puesto que, tal como explica el medio Forbes, el patrocinio con la casa de apuestas Betsson representaba el mayor sustento del fútbol profesional y significaba cinco veces más de los ingresos económicos traídos por el patrocinador anterior, AFP Plan Vital.
Todos los campeonatos de Primera División y Primera B del Fútbol chileno estaban auspiciados por Betsson. El fin del contrato con la firma implicó la pérdida de significativas sumas de dinero, pero también arrastró cierta crisis sobre la identidad de marca que construyen los clubes de fútbol en la promoción de los torneos.
Itaú pasó a ser el sponsor principal del Campeonato Nacional. Las casas de apuestas fueron desplazadas de la escena, pero no se retiraron del país. Aguardan expectantes a que Chile avance en materia de regulación; es de los pocos países de la región latinoamericana en donde la industria del juego y las apuestas funcionan bajo una nebulosa legal.
Los clubes que dieron la espalda a la norma
El mensaje del gobierno fue contundente y claro: “no pueden tener contrato con quienes tienen actividades ilegales”, afirmó el funcionario Jaime Gajardo Falcón en una rueda de prensa luego de que se comunicará a la ANFP el plazo para que finalizaran sus contratos de patrocinio. Sin embargo, parecen haber matices ya que algunos clubes sí sostuvieron su negocio con las casas de apuestas.
Decididos a no ceder ante la norma emitida directamente desde el Gobierno, Colo Colo y Universidad de Chile todavía llevan la marca de JugaBet en el uniforme. Esta ha sido una resistencia que, sin dudas, sostuvo el equilibrio financiero que les traen millonarios patrocinadores como estos, pero que está teniendo un costo diferente en el plano del debate público.
Con la norma directa de anular los contratos, las casas de apuestas quedaron bajo la lupa en Chile. Su reputación tambalea, sostenida por un hilo que tensiona con las buenas prácticas que está intentando aplicar el gobierno de Boric, y que apuntan a que la publicidad de las casas de apuestas incita al juego y podría ser un detonante de ludopatía.
Este es el escenario hasta el día de hoy, pero habrá que analizar qué sucede en el corto o mediano plazo: si el gobierno avanza en materia de regulación de la publicidad y el funcionamiento de las casas de apuestas, o si se decide sostener la pausa legislativa en la que se ha movido la industria desde 2020.
/
Facebook
Twitter
Instagram
YouTube
RSS