El dilema de ambos es mayúsculo. Saben que lo mejor para sus intereses es participar, pero se aferran al espíritu de una competición más amplia que mejor represente a toda Europa.
El anuncio oficial de la Superliga ha caído como una bomba en Europa y encuentra más dudas en Francia y Alemania. Hay dos grandes clubes a los que se espera y que de momento no están: PSG y Bayern, a los que habría que incluir también al Borussia Dortmund. Es complicado imaginar una Superliga cerrada sin ellos, pero los tres siguen abogando por una competición más amplia y menos elitista, y consideran que el nuevo formato de Champions League que tiene diseñado la UEFA representa mejor el espíritu de Europa.
El caso del PSG es más que delicado. Ahora mismo es prisionero de todos los actores decisivos en este escenario, tanto de los grandes que han impulsado al proyecto con Real Madrid, Juventus o Manchester United a la cabeza, como los actores con los que tiene fuertes vínculos en la actualidad, empezando por la Ligue 1, donde Nasser al Khelaifi siempre se ha posicionado como fiel defensor (el último caso en su tarea por defender sus derechos de televisión), con la Federación Francesa y, por supuesto con Qatar, propietario del club a través del fondo soberano de inversión QSI, cuyos lazos con el Gobierno francés vienen de lejos. El actual presidente de la República, Emmanuel Macron, se posición en contra de la Superliga nada más hacerse oficial.
En Francia, los medios también se preguntan qué motivos han impulsado al PSG a desmarcarse del proyecto cuando todas las informaciones que se manejaban eran que formaba parte del mismo y que sería uno de los fundadores, pero en pocas semanas ha dado un giro radical.
Conviene recordar que beIN Sports, con Al Khelaifi también a la cabeza, ha llegado a un acuerdo con la UEFA para volver a retransmitir la competición hasta 2024, junto a Canal Plus. La cadena lo hizo oficial además el pasado mes de marzo: 104 partidos serán retransmitidos por la cadena con sede en Doha pero con una importante presencia en el país galo con beIn Sports Francia.
Para Qatar, Francia ha sido además el mejor embajador desde hace años para difundir su imagen en el mundo de país en constantes cambios y que en 2022 albergará la Copa del Mundo, pionera porque disputará todos sus partidos en una misma ciudad. La FIFA, en contra también del proyecto, apostó desde un primer momento por Qatar 2022. Y el PSG, por otro lado, ha sido además la mejor herramienta para difundir la imagen de Qatar, posicionando al club entre los más grandes de Europa, como se está demostrando en los últimos años, gracias también a las buenas relaciones entre los dos gobiernos.
Nasser al Khelaifi, por otro lado, es miembro del Comité Ejecutivo de la UEFA y mantiene una estrecha relación con el presidente Aleksander Ceferin. De hecho, ya hay noticias que apuntan a que el presidente del PSG pasaría a ser el máximo representante de la ECA ante la estampida de la mayor parte de sus miembros, empezando por su actual presidente, Andrea Agnelli, máximo representante de la Juventus y ahora uno de los vicepresidentes de la Superliga.
Pero el dilema está servido. El club parisino sabe que no estar en el proyecto supone renunciar a una importante suma de dinero en ingresos por taquilla si no van a pasar por el Parque de los Príncipes los grandes de Europa, o en ingresos de sus principales patrocinadores.
Y, por otro lado, la pregunta que se hacen ya en Francia es si el PSG sería capaz de retener a sus principales activos de la plantilla, como Neymar o Mbappé, si estos jugadores saben que no se van a medir con los mejores de Europa. Dos jugadores, por cierto, que se encuentran en estos momentos en plena renovación de sus contratos que concluyen en 2022. Una noticia de este calado, sin duda, no ayuda al PSG a la hora de cautivar a sus estrellas.
El diario L’Equipe, ideólogo de la Copa de Europa, lleva a su portada la división del fútbol continental, entre dos países como Francia y Alemania, mejores representantes del espíritu europeo como dos de los fundadores de la CEE, junto al resto. «La guerra de los ricos», titula el diario, enfrentando a Al Khelaifi y Rummenigge con Florentino y Andrea Agnelli, presidente de la Juve, y que lideran la rebelión. El medio deportivo galo defiende el espíritu de la Copa de Europa que engendró en diciembre de 1954.Vincent Duluc, uno de los redactores más veteranos, apela en la edición de hoy a la lucha de los gobiernos de ambos países y de las instituciones deportivas internacionales para frenar la amenaza.
El caso del Bayern es algo distinto. En Alemania siempre han estado en contra de la Superliga, y es algo que ha querido dejar claro el CEO del Borussia, Hans-Joachim Watzke, que ha comparecido esta mañana ante los medios y ha insistido en que «los planes de la Superliga han sido rechazados»
«Los miembros de la junta de la Asociación Europea de Clubes (ECA) se reunieron para una conferencia virtual el domingo por la noche y confirmaron que la decisión de la junta del viernes pasado sigue siendo válida. Esta decisión significa que los clubes quieren implementar la reforma prevista de la UEFA Champions League», aseguró el CEO, que prefiere quedarse con un formato actualizado de la Liga de Campeones.
/Marca
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