Por fin, vuelve el campeonato: bienvenido a casa querido fútbol

Jamás imaginamos el 15 de marzo, que, en el estadio de la Florida Julio Bascuñán, árbitro del partido Audax italiano 1 v/s U. de Concepción 1, a las 22:20, pitaba el término de este encuentro y que, por causa de la Pandemia Mundial bajaba el telón definitivo del torneo de primera división del futbol chileno. Nada más que 798 espectadores fueron los últimos mudos testigos de este forzado receso de 167 días.  

Se ha escrito y hablado en demasía, se a especulado mucho también, si era o no conveniente que el futbol en nuestro país y en el mundo entero volviera a la actividad. Todas las razones para una u otra teoría son relativamente válidas. Hay países que el futbol estuvo detenido 68 días como en Alemania o 100 días en Inglaterra y que se sepa el futbol no fue el culpable de que bajara o subiera la tasa de contagiados, con Covid-19

En Sudamérica, todos los países están volviendo al futbol en estas semanas. Unos han ajustado los torneos, como el caso argentino, acortando las fechas a una rueda o el caso colombiano suspendieron el torneo el 12 de marzo, cuando se disputaba la edición N° 8 y aun no definen fecha para el retorno, igual que Bolivia, suspendió su torneo el 8 de marzo en la fecha N° 11 y todavía no tiene data de reiniciar. Ecuador Perú, Uruguay, y Brasil ya están con sus campeonatos funcionando, desde la primera semana de agosto, todos sin público naturalmente. Señalo que en todos los países donde han reiniciado los torneos, ninguno ha vuelto a suspender, esto indica que las normas se están cumpliendo.

Es por esto que en Chile no podemos ser la excepción, por lo tanto, debemos ser muy rigurosos en acatar los dictámenes y normas de las autoridades de la salud y del deporte. Conversando con un personero de Estadio Seguro de nuestro país, me indico que cada encuentro, dependiendo de la convocatoria e interés periodístico, contempla (según él, caso) un contingente de 250 a 380 personas, para la puesta en escena de un espectáculo futbolístico, que son los jugadores, cuerpo técnico y médico, árbitros, dirigentes clubes y ANFP, control doping, seguridad, periodistas, camarógrafos, aseo y varios etcéteras…

Si comparamos el futbol con la Fórmula Uno, podemos decir que una puesta en escena de estas carreras de autos, se necesitan al menos 1.200 personas. Solamente en mecánicos para cada bólido, hablamos de 40 personas y corren 20 autos, es fácil sacar la cuenta. La superficie en los pits donde se trabaja en los autos, es mucho más reducida que en un estadio de futbol.

Veamos entonces, este regreso con buenos ojos y no con una mirada crítica con los equipos y jugadores que no estén tan a punto. Ya sea en sus condiciones físicas o con dejos de falta del talento futbolístico, necesario. Los futbolistas, aunque siguieran recibiendo sus remuneraciones también lo han pasado mal. Ellos también sufrieron encierros y cuarentenas y también daños psicológicos. Su trabajo está en la cancha y no existe el teletrabajo para ellos.   Lo importante a mi parecer, es que ruede la pelotita y que jueguen, en el camino se arreglara la carga, en este caso el futbol.

La televisión será el medio que entre en nuestra casa para traernos el futbol chileno. En mi caso atrás quedaran los personajes de las series españolas que de buena manera ocuparon el espacio dejado por el futbol. Recordare con afecto al Señor, Diego Murquia y Alicia de “Gran Hotel”, al Profesor y Tokio de “La casa de Papel” o al Señor Raul de la Riva y Ana de “Velvet” por nombrar algunos.

No va ser fácil olvidarlos, ahora nos familiarizaremos nuevamente, con los Esteban Paredes, los Jhonny Herrera con Mauricio Pinilla o con el retornado a primera división Humberto “Chupete” Suazo, que anda rondando los 40 años.

Para concurrir normalmente a los estadios, seguramente quedara mucho tiempo, por lo tanto, cuidemos esto que tenemos hoy, pues no hay muchas posibilidades de algo distinto.

Este sábado en el Estadio Monumental a las 13:30 con el partido ColoColo v/s Wanderers, podemos decir: Querido Futbol, bienvenido a casa, te estábamos esperando.

Gonzalo Mingo Ortega.